Irina de Ardila
Mientras los cristianos esperan pacientemente a que dé 0:01 del 1 de enero para dar inicio a la celebración de su Año Nuevo 2008, nosotros tenemos el nuestro, 5770, ya prácticamente encima.
La fiesta judía de Rosh Hashana la celebramos en honor a la creación del mundo, es símbolo del comienzo de un Año Nuevo y la finalización del año saliente. Existe la creencia de que en los días de Rosh Hashana, D-s marca, en el Libro de la Vida, cuál futuro le espera a cada uno en el año venidero: quién tendrá paz y quién intranquilidad; quién bienestar y quién sufrimiento; para quién está destinada la pobreza y para quién la riqueza.
La fe sincera en que D-s desea para todos nosotros el bienestar, transforma este día en una festividad. En esa fecha se nos prescribe a todos los judíos analizar nuestras actuaciones durante el año que termina y prepararnos para el que está por comenzar.
Al meditar acerca del futuro, los judíos rogamos por la paz, la armonía y la salud.
Con el sonido del Shofar (cuerno de cordero) se nos exhorta a que despertemos los que dormitamos, gastando nuestros años sin sentido; a que veamos nuestras almas y hagamos buenos nuestros actos.
Rosh Hashana la festejamos todos, sin excepción, durante dos días: el 1 y el 2 del mes hebreo de Tishrei que, nos hacemos regalos y enviamos felicitaciones a los que están lejos. La familia se reúne en la mesa ataviada con muchos platillos tradicionales, donde cada uno tiene un profundo significado y simboliza deseos de un año pletórico de felicidad. No me arriesgaré a adentrarme en sus finuras porque se exige vastos conocimientos de la tradición. Pero, todos queremos que el nuevo año sea bueno y dulce.
Dependiendo de la costumbre local, los platos varían, pero casi por doquier degustamos:
Pescado: símbolo de fertilidad y bendición.
Cabeza de pescado o de cordero: para estar a la cabeza y no a la cola.
Zanahoria en rodajas: según su color y forma recuerda las monedas de oro, la riqueza.
Una jala (pan) dulce redonda con pasitas, para que el año sea pleno y saludable.
Legumbres y frutas: en señal de la esperanza de una exuberante cosecha.
Granada: al comerla se dice que nuestros méritos sean tan abundantes como sus semillas.
Manzanas y miel: un pedacito de manzana que se moja en miel y se come al comienzo de la cena después de la jala, para que el año sea dulce y feliz.
Pescado: símbolo de fertilidad y bendición.
Cabeza de pescado o de cordero: para estar a la cabeza y no a la cola.
Zanahoria en rodajas: según su color y forma recuerda las monedas de oro, la riqueza.
Una jala (pan) dulce redonda con pasitas, para que el año sea pleno y saludable.
Legumbres y frutas: en señal de la esperanza de una exuberante cosecha.
Granada: al comerla se dice que nuestros méritos sean tan abundantes como sus semillas.
Manzanas y miel: un pedacito de manzana que se moja en miel y se come al comienzo de la cena después de la jala, para que el año sea dulce y feliz.
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